Cuento infantil: Dos abuelas y un tinglado de pescado
Tener abuela es una bendición tan grande como queramos imaginar, las abuelas nos miman, nos cuidan y nos protegen; así que tener dos abuelas es una doble bendición, bueno… según qué casos.
Maria y Diego tenían dos abuelas, que además eran amigas desde siempre, así que se conocían y querían como si fueran hermanas. Todo el mundo decía que eran iguales, aunque a decir verdad no se parecían en nada.
Para que os hagáis una idea a la abuela Tomasa le gustaba llevar pendientes y zapatos con hebillas, a la abuela Carmen no le gustaba llevar pendientes y odiaba los zapatos con hebillas. Estas diferencias que a simple vista os parecerán muy simples, nunca afectaron a su amistad, ni cuando eran niñas, ni cuando eran jóvenes, pero cuando fueron abuelas fue otro cantar.
Maria y Diego tenían dos abuelas, que además eran amigas desde siempre, así que se conocían y querían como si fueran hermanas. Todo el mundo decía que eran iguales, aunque a decir verdad no se parecían en nada.
Para que os hagáis una idea a la abuela Tomasa le gustaba llevar pendientes y zapatos con hebillas, a la abuela Carmen no le gustaba llevar pendientes y odiaba los zapatos con hebillas. Estas diferencias que a simple vista os parecerán muy simples, nunca afectaron a su amistad, ni cuando eran niñas, ni cuando eran jóvenes, pero cuando fueron abuelas fue otro cantar.
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