La lectura es una habilidad imprescindible para el aprendizaje, conocimiento y para la vida diaria de la sociedad actual. La lectura nos mete de lleno en un mundo lleno de magia, aventuras e ilusión, con múltiples posibilidades de acción, diversión, pensamiento y desarrollo. Sin embargo no siempre es fácil conseguir que los niños y niñas desarrollen el gusto y el interés por la lectura. Es uno de los conflictos más habituales para las familias y los educadores, insistimos en que nuestros niños y niñas lean, que dediquen un tiempo al día, pero todos nuestros esfuerzos con inútiles. En el mejor de los casos, conseguimos que tras reñir con ellos, lean de mala gana y sin comprender el sentido de lo que leen.
¿Por qué no les gusta leer?
A la mayoría de los niños y niñas no les gusta leer porque asocian la lectura a una actividad tediosa, costosa y vacía de intereses para ellos. La imagen que tienen de la lectura hace que su actitud hacía la misma sea negativa incluso antes de abrir el libro.
A los niños y niñas no les gusta leer porque les parece aburrido. Pero veamos esto más a fondo, ¿por qué les resulta aburrido leer?, les resulta aburrido leer, porque les hemos enseñado a leer para que les resulte aburrido.
Cuando enseñamos a leer a los niños y niñas, les mostramos una secuencia de letras (símbolos gráficos) y las asociamos con un sonido determinado. Y esto no es malo, es necesario, pero lo malo es que nos quedamos solo aquí y no avanzamos más.
Si nos quedamos aquí les estamos imponiendo una tarea, no permitimos que despierten su interés por la lectura. Creamos un aprendizaje mecánico, muy alejado del aprendizaje significativo. No les permitimos crear su aprendizaje, no les dejamos descubrir la magia de la lectura, la maravillosa sensación del descubrir el sentido de algo y por lo tanto leer es una tarea vacía.
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