En distintas ocasiones me habeis pedido que escriba sobre cómo afrontar un trabajo con Mandalas con los más peques o con vuestros hijos. Cuales son las pautas a seguir o cómo escoger el mandala adecuado; bien, primero decir que en realidad no hay guía estricta sobre cómo hacerlo y creo que lo más importante es el tiempo de calidad que les dedicas mientras pintas mandalas con ellos, pero os voy a dejar unas pautas básicas que sé que a mi me funcionan.
ESCOGER EL MANDALA APROPIADO.
Hay muchos tipos de Mandalas, y aunque personalmente soy partidaria de realizar los Mandalas por uno mismo, partiendo de 0, sí es cierto que para empezar, podemos escoger cualquiera de las plantillas que están ya publicadas tanto en la web como en libros de Mandalas. Dentro de estos, hay mucha diversidad y podemos sentirnos perdidos ante la inmensidad de imágenes que se nos presentan, sin saber qué escoger o por donde empezar, o lo que aun es peor, pensando que podemos equivocarnos y escoger un Mandala que puede resultar “no adecuado”, hay incluso personas que creen que como se habla de los beneficios de pintar Mandalas, que si escogemos el equivocado puede llegar a causar algún tipo de efecto nocivo o dañino sobre nosotros. Bien, esto no es así, los Mandalas ayudan y benefician en muchos aspectos, cuando eres consciente y constante con el trabajo que realizas, pero en ningún momento pueden causar algún tipo de efecto opuesto.
Una vez dicho esto, vamos a centrarnos en qué tipo de Mandala escoger para trabajar con mi peque. Es muy fácil:
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