Algunos niños y niñas emplean las quejas por sistema para lograr salirse con la suya y conseguir lo que quieren. Es habitual escucharles decir cosas como “no me gusta….” “no quiero…” y estás quejas suelen ir acompañadas de gestos que enfatizan la queja, de gritos y hasta en ocasiones de pataletas.
El sentido de las quejas
Los niños y niñas que se quejan con excesiva frecuencia, son niños y niñas que han aprendido que con la queja consiguen lo que quieren o al menos se libran fácilmente de lo que no quieren. En numerosas ocasiones la queja les ha dado buenos resultados y es por ello, que al igual que ocurre con las rabietas, seguirán empleando este método para lograr sus objetivos.
Las quejas pueden tener sentido en algunas ocasiones, pero en la mayoría de los casos, se convierten en una lucha de poder, en un recurso útil para nuestros niños y niñas.
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