Las emociones son naturales en las personas, tanto las positivas como las negativas. Las emociones, todas ellas, tienen una función adaptativa necesaria para mantener la integridad física y psicológica y necesaria para el bienestar.
Las emociones negativas, también forman parte de las personas, su carácter desagradable, hace que tendamos a olvidarnos de ellas y a relegarlas a un segundo plano. Queremos que la infancia sea una etapa buena, alegre e inolvidable, y por ello intentamos eludir las emociones negativas, como si al no prestarlas atención no tuvieran cabida en el mundo infantil. Sin embargo, las emociones negativas forman parte de nuestro repertorio emocional desde un primer momento, y serán muchas las ocasiones en las que éstas nos acompañen. Es por ello que no podemos eludirlas de la educación de nuestros pequeños.
Las emociones negativas en los niños.
Los niños experimentan el mismo repertorio emocional que cualquier persona. La diferencia es que en general los niños y niñas no disponen de recursos que les permitan gestionar sus estados emocionales y canalizar la influencia de las emociones negativas, para que el malestar que ocasionan sea lo más leve posible y se supere con rapidez.
Las emociones negativas en los niños son algo muy común, el mundo emocional del niño es mucho más intenso que el del adulto, ya que aún no disponen de recursos suficientes fruto de un desarrollo emocional adecuado.
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