Desconcierto, decepción, vergüenza, enfado…son nuestras primeras reacciones como padres cuando nos enteramos que nuestro hijo ha sacado malas notas. ¿Cómo debemos reaccionar? ¿Qué hacer? y sobre todo ¿Cómo podemos ayudar a cambiar esta situación?
Se termina el ciclo escolar y tras un largo periodo donde hemos visto el esfuerzo de nuestro hijo, nos esperamos unos resultados acordes con lo que creemos que tiene capacidad o por lo que quizás, nos tiene acostumbrados.
Estamos deseando el tan esperado periodo vacacional, pero ¡ oh sorpresa ¡ nos encontramos con unas notas bajas..
Cuando los padres se enfrentan con este tipo de situaciones, las respuestas suelen ser muy variadas y no todas se dirigen a solucionar el problema.
Hay padres que magnifican la situación y lo viven como una desgracia familiar y una deshonra, como el principio de una caída en picado sin remedio. Se sienten avergonzados y defraudados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario