La llegada de un hijo es uno de los acontecimientos vitales más relevantes en la edad adulta, en gran medida porque está asociado a cambios muy variados, e implica nuevos reajustes y adaptaciones en la vida diaria.
Es muy común, que al buscar lecturas o artículos sobre la familia, nosencontremos con que,muchos de ellos, hacen referencia a cómo los padres deben cuidar de los hijos, centrándose la mayoría,en una relación con dirección única, del padre hacía el hijo.
En Emotiva, pensamos que esta información es necesaria para desarrollar una buena paternidad, pero no suficiente. Este artículo quiere compartir con vosotros la importancia de cuidarse como padres, como personas adultas, para luego poder cuidar a los demás, en este caso, a los hijos.
La forma en la que nos encontramos con nosotros mismos se refleja en nuestra forma de relacionarnos con los demás y, de ahí,se deriva la calidad de los cuidados hacía el hijo.
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