Imagina, es la noche del 24 de Diciembre y nuestros niños van a dormir, ansiosos de recibir la visita de Papa Noel ó Santa Claus ó de la persona que le traerá regalos por su buen comportamiento durante el año; pero imagina que este personaje bonachón vestido de rojo falta a su cita y en su lugar se recibe la visita de un demonio de aspecto nada deseable con la intención de llevarse a los más pequeños de la casa, porque así lo creen en buena parte de Europa y no sin razón.
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