Las dificultades de aprendizaje son unas condiciones, que no tienen porque suponer ninguna enfermedad o trastorno grave, y que no son permanentes, que impiden y suponen un obstáculo para los aprendizajes. Cuando las dificultades de aprendizaje son diagnosticadas y tratadas de manera adecuada, se superan y el niño o niña que las padece continúa su trayectoria escolar con un rendimiento adecuado, librándose de sucesivos fracasos y de las consecuencias que pueden tener para su autoestima, salud emocional y bienestar general.
Detectar las dificultades de aprendizaje es una prioridad, ya que nos permite dar la respuesta adecuada a las mismas.
¿Por qué no siempre se detectan las dificultades de aprendizaje?
La falta de información que tienen las familias y los pocos recursos de los que disponen los centros educativos, hacen que, por desgracia en muchas ocasiones las dificultades de aprendizaje pasen desapercibidas. Los niños y niñas con problemas de aprendizaje suelen ser tachados de vagos, despistados, acusados por su falta de interés, de constancia, etc. y todo esto empeora la situación con graves consecuencias.
Consecuencias asociadas a los problemas de aprendizaje
Los problemas de aprendizaje además de suponer un obstáculo para la creación de aprendizajes e ir unidos a un bajo rendimiento escolar, tienen otros problemas asociados:
- Baja autoestima, el niño o la niña con dificultades de aprendizaje se percibe incapaz, lo intenta y no entiende lo que le pasa.
- Frustración que puede ocasionar otros trastornos del estado de ánimo, como depresión, ansiedad, etc.
- Poca motivación.
- Descenso de la capacidad de esfuerzo. El niño o la niña tiene la creencia de que esforzarse no sirve para nada, ya lo ha hecho otras veces y no ha dado resultado.
- Problemas de comportamiento, no saben canalizar la frustración y además prefieren pasar por malos ante los ojos de los demás que parecer tontos.