La educación de los niños y niñas es una experiencia única y maravillosa que nos transforma a todos los que tomamos parte en la misma. Educar a los hijos puede ser divertido y deber serlo.
Actualmente el ritmo de vida actual, y el estrés del día a día hacen que, en muchas ocasiones traspasemos ese estrés a la educación de nuestros niños y niñas. Nos olvidamos del fin mismo del proceso educativo y nos metemos en un proceso de exigencias, exigencias a nosotros mismos y a nuestros hijos, nos exigimos y les exigimos horarios, ritmos, notas, metas que lograr.
En todo este alboroto nos olvidamos del proceso mismo de educar, nos olvidamos de lo más importante del niñ@. No podemos olvidar que educar a los hijos puede ser divertido.
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